Versos Flotantes

A veces pienso que en este oficio de escribir sentimientos, historias, poemas o un simple verso, puede trascender mas allá de nuestra imaginación, de lo volátil que puede ser según quien la escriba, cuando digo volátil no me refiero a lo incendiario, sino la velocidad en que podría propagarse por el mundo, sin importar la vía.
He escrito varias cosas, sobre todo canciones, pero antes de serla primero fue idea, luego verso o frase y después canción. Cada canción tiene su historia, su personaje; son escritas en un rinconcito de mi casa, en el metro o en el autobús, o en cualquier lugar donde surja la idea. Ese pedazo de pensamiento algún día puede ser apreciado por personas lejos de su lugar de origen. El tiempo juega un papel importante en esto, sobre todo cuando hablamos de poesía, literatura en general o en este genero musical, me refiero a la Trova, a diferencia de las músicas mas comerciales que suelen tener rápida difusión en los medios masivos de comunicación y por lo general vida corta. Haciendo un poco de análisis siempre pensé que la trova es como la literatura, es difundido de mano en mano, de mente en mente, o en su mas favorecida ocasión en vitrinas de disqueras o librerías, la comparo con el vino, cuando mas añejo mas bueno.
En ocasiones me provoca hacer un verso e introducir dentro de una botella vacía, taparla con un corcho y lanzarla a las aguas del río Paraguay, esas que bañan la espalda de Asunción, y que de esa manera, la idea vaya flotando, viajando en su cause el tiempo necesario hasta el punto de añejamiento y por fin saborear las aguas del mar, de ahí al mundo. Si algún día te llega una botellita flotando ya sabes quien fue.